El infierno parece ser el destino inevitable de los cristianos evangélicos, entre otros, según portavoces autorizados de la Iglesia Católica Romana (ICR). En una nueva vuelta de tuerca para reafirmar la vigencia de doctrinas y prácticas de las más cerradas épocas del catolicismo romano ahora se reafirma la posición de que los pecados solamente pueden ser remitidos por los sacerdotes de la propia ICR . Eso significa que quien no pasa por el perdón de los sacerdotes consagrados por el Vaticano no se salvarán del infierno.
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