Cuando Hector Siliezar visitó la antigua ciudad maya de Chichén Itzá con su esposa e hijos en el 2009, capturó tres fotos con su iPhone del Castillo, la pirámide que una vez sirvió como templo sagrado en honor del dios maya Kukulkan. Una tormenta amenazaba cerca del templo, y Siliezar intentaba capturar los rayos cayendo dramáticamente sobre las ruinas.
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