El simbólico reloj del fin del mundo, calculado por un grupo de científicos fue adelantado ayer martes un minuto, después de que el grupo citara avances insuficientes en la reducción de las armas nucleares y el cambio climático. “El motivo es el mayor riesgo de un posible desastre nuclear o una catástrofe causada por el cambio climático”, según ha anunciado el grupo de científicos que regula el “Boletín de los Científicos Atómicos”. Este reloj, situado en la Universidad de Chicago y creado en 1947 por un grupo de científicos preocupado por el posible estallido de una guerra nuclear, se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo.
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